El Congreso Nacional abrió esta legislatura con un escenario inusual: tanto el Senado como la Cámara de Diputados estudiarán por separado el mismo proyecto de reforma al Código de Trabajo y, en lugar de unificarlos, cada órgano legislativo decidió enviarlo a comisiones distintas, lo que coloca la iniciativa en riesgo de duplicidad y retrasos.
En su sesión del martes 19 de agosto, el Senado decidió retomar el estudio de la reforma laboral y lo remitió a una comisión especial presidida por el senador Rafael Barón Duluc, el mismo que dirigió el equipo que durante nueve meses analizó la pieza.
De su lado, la Cámara de Diputados recibió este miércoles el mismo proyecto de reforma laboral presentado por el legislador Amado Díaz. Durante la sesión de hoy, los diputados decidieron enviarlo a la Comisión Permanente de Trabajo, que dirige Mélido Mercedes, para su análisis y estudio.
Con los dos proyectos transitando en el Congreso, la reforma laboral ahora se debate dos veces en el mismo escenario y corre el riesgo de chocar en ambas cámaras legislativas.
Generalmente, cuando los proyectos tratan sobre los mismos temas, pero se depositan por separado en las cámaras, el liderazgo congresual decide conformar una comisión bicameral. Ese equipo especial, compuesto por diputados y senadores, permite que las propuestas avancen con mayor agilidad, como ocurrió con el proyecto del Código Penal.
Reforma laboral sin éxito
En la legislatura anterior, la propuesta fue conocida por una comisión especial del Senado que encabezó un largo proceso de consultas con representantes sindicales, gremios empresariales y autoridades del Ministerio de Trabajo.
Durante varios meses se desarrollaron reuniones en las que salieron a relucir profundas diferencias en torno a puntos clave, como la reducción o mantenimiento de la cesantía laboral, la implementación de un juez conciliador y la introducción de nuevas figuras jurídicas en el ámbito laboral.
Aunque el Código de Trabajo vigente fue promulgado en 1992 y todos los sectores coinciden en que requiere una actualización, las negociaciones se estancaron ante la falta de consenso.
El Senado aprobó la pieza en dos lecturas, pero el proceso se detuvo en la Cámara de Diputados porque fue sometida en la recta final de la legislatura ordinaria pasada.
Un nuevo comienzo
Con la reintroducción de los proyectos, el proceso congresual inicia desde cero en la Cámara de Diputados y en el Senado, aunque tomando en cuenta los avances logrados hasta la fecha, como un grupo de reclamos del empresariado que fueron incorporados en la versión aprobada por el Senado.
Entre las propuestas del sector empresarial figuraban un aumento en las horas extras trimestrales, la inclusión de un juez conciliador para los conflictos entre empleados y empleadores, y la exclusión de las zonas francas del régimen para otorgar bonificaciones, entre otras. Casi todas, excepto un cambio en la cesantía, fueron acogidas.
El proceso legislativo
Para aprobarse, la reforma laboral debe ser votada en dos discusiones en la Cámara de Diputados y luego seguir el mismo proceso en el Senado. Si resulta exitosa, pasaría al Poder Ejecutivo, que tiene la facultad de promulgar u observar el proyecto.
Fuente: Diario Libre
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